Ya estoy de vuelta de “mi pueblo” y tengo mucho y bueno que contar…pero quiero despedir á una persona que lo dejo, o mejor dicho, se quedo para siempre en esta maravilla de pueblo.
Muy joven para morir como alguien dijo, pero el destinos es así.
Si fue un luchador por la democracia, quizás se lo debía a su abuelo.
Descanse en paz.
Siete años perdidos,
Siete años de soledad,
Sin amor siete años,
Con barbas de siete años,
Siete largos inviernos,
Sin poder ver el sol.
Siete largos años,
Bajo tierra,
Robándole de noche a las cabras
La leche de sus ubres,
De día tragando tierra.
La última noche
De esos siete años,
El hambre se lo comía
Y quiso acabar con su entierro.
Mirando al cielo
Le vio la cara a la luna
Helada y llena
Juanito, Carmen, Paco, el pequeño
La luna le devolvió la carita
De tres niñitos que había dejado
Y decidió acabar con aquellos siete años.
Si acabaría,
Pero antes vería a sus hijos queridos….y se entregó.
El protagonista de esta historia es mi tío Francisco Peña
Vivió y murió en Carmona (Sevilla)
L. J. Peña
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