BIENESTAR
Hace unos años, Alfredo Sáez, Gran Consejero de un Gran Banco, apostaba por la necesidad de desmontar el estado del bienestar. Al terminar su discurso, alguien le puso delante una jubilación multimillonaria como reconocimiento a toda una vida de entrega refrigerada de despacho enmoquetado, alfombras limpias de alergógenos, sembrada de huellas de botines, gonzález, vals taberner, florentinos y calderones.
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