sábado, 23 de junio de 2007

ROMANCE DE LOS OJOS VERDE

ROMANCE DE LOS OJOS VERDES
-¿De dónde vienes tan tarde?¡Dime, di! ¿De dónde vienes?-Vengo de ver unos ojosverdes como el trigo verde.El sueño juega y se escondeen la plaza de mi frente;cabalgo por las ojerasde unos ojos en relieve.El cuarto se va llenandode mar, de barcos y peces,acuarium improvisadosobre el barniz de los muebles,mientras que la media lunade junio roja y solemnese suicida sobre el filode la mañana que viene.-¿De dónde vienes cantando?¡Dime, di! ¿De dónde vienes?-Vengo de ver unos ojosverdes como el limón verde.Por el río de la siestapasa un pregón hecho nievepersianas atravesando:"¡Chumbos frescos, ¿quién los quiere?!"La sábana de la camaen silencio se defiendeamortajando suspirosbajo la cal de sus plieguescontra
dos cuerpos desnudosque su blancura oscurece;muslos de trigo en mis muslosbrazos delgados y ardientesque como ríos morenosiluminados de fiebrese precipitan sin pulsopor la llanura del vientreen una lucha romanade mirtos y de laureles.-¿Dónde naciste? -En Tarifa,¿Y tú? -En Sevilla. Mis sienesestán preñadas de olivoscomo tus ojos de verdes.El silencio apuñaladovuelve a sembrar las paredesy un sueño de torres altasy de relojes ausentessobre la cama cansadaecha su capa de nieve.-¿De dónde vienes borracho?¡Dime, di! ¿De dónde vienes?-Vengo... vengo de la viñay el olivarito verde.-¿Qué mala hierba pisaste,quién te atravesó las sienescon ese mal fario...? ¡Dime!-Son las cosas de la suerte,unos la encuentran de espaldas,otros la encuentran de frente,y yo me encontré a sus ojosverdes como el trigo verde.-¿Quieres que te haga una tazade hierbabuena caliente?-Quiero su voz, luna y platadiciéndome que me quiere.-¿Quieres que te ate un pañueloy te lo anude a la frente?-Quiero sus brazos de trigoy su cintura de aceite.-¿Quieres que cante una nanapara ver si así te duermes?-Quiero sentirme en el cuellosu aliento de flauta breve.-Entonces... mi corazón,dime, ¡por Dios! lo que quieres.-Quiero sus ojos. Sus ojosverdes como el trigo verde,como el limón y la albahaca,como el mar y los cipreses,el romero y los laureles...Si no me traes sus ojos,¡dile que venga la muerte!
Rafael de León

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